
Entre el agua y la tierra: conservación y restauración
inclusiva en los páramos andinos

Foto : Páramo de Guachucal – Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue
De la exclusión a la cohabitación en tema de conservación ambiental
El 2018 marcó un punto de inflexión en la conservación de los páramos y bosques altoandinos en Colombia. La aprobación de la Ley de Páramos significó un cambio de paradigma. En lugar de un modelo de conservación excluyente que generaba conflictos con las comunidades locales, se empezó a buscar un equilibrio entre la protección ambiental y las prácticas de subsistencia de quienes habitan estos ecosistemas.
De hecho, los ecosistemas de páramos y bosques altoandinos no son solo espacios naturales, también, son territorios vivos, moldeados por diversas visiones y usos. Desde una perspectiva ecológica, económica, cultural y social, estos ecosistemas ofrecen múltiples recursos y servicios que pueden generar tanto tensiones como oportunidades para la conservación.
Estos territorios pueden compararse con un libro de milhojas, donde cada capa representa una interpretación distinta, un significado otorgado por sus habitantes, lo que llamamos territorialidades. Estas visiones influyen en el uso de los recursos del ecosistema. Aunque algunas pueden entrar en conflicto en torno a su conservación o aprovechamiento, también pueden dar lugar a iniciativas que equilibren el desarrollo sostenible con la protección del entorno.
Páramo y bosque altoandino: diferencias y complementariedad
Volviendo a lo esencial: ¿Cuál es la diferencia entre el bosque altoandino y el páramo?
Según la última edición del reporte anual Páramos Colombia, Biodiversidad y gestión del Instituto Humboldt, Colombia cuenta con el 50% de los páramos del planeta.
Los páramos son regiones desarboladas por encima del bosque andino, desde 3200 m s. n. m., hasta los 5000 m.s.n.m. Presentan características biofísicas comunes como los suelos ácidos, baja presión atmosférica, sequedad y humedad del aire, además de bajas temperaturas. Son considerados una unidad ecológica de gran importancia para la regulación de los flujos de agua. Debido a su constitución, son capaces de retener en sus suelos grandes volúmenes de agua. Está definida como región natural por la relación entre el suelo, el clima, la biota y la influencia humana.

Foto: Páramo de Patascoy, municipio de Puerres – Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue

Foto: Subpáramo, municipio de Puerres – Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue
Menos famoso que el páramo, el Bosque Altoandino es, no obstante, igual de importante en términos de equilibrio del ecosistema de la alta montaña. En su reporte Estrategias para la restauración ecológica de los bosques altoandinos, la Universidad nacional de Colombia define el bosque altoandino como una franja de vegetación ubicada entre los 2,800 y 3,200 m s. n. m. Se caracteriza por la presencia de árboles como el encenillo, mortiño, tuno y cucharo, que pueden alcanzar hasta 25 metros de altura. Suelen predominar la niebla, con temperaturas que oscilan entre los 15 y 60 °C. El Instituto Humboldt asegura además que “Los bosques de la cordillera de los Andes se extienden desde Colombia y Venezuela hasta Argentina, resguardando niveles de biodiversidad tan altos que el norte de la cordillera es considerado uno de los lugares más biodiversos del mundo.”
Juntos, estos dos ecosistemas forman el sistema natural y cultural de Alta montaña. En cuanto a la tasa alta de población, estos ecosistemas pueden ser también considerados como socioecosistemas o sistemas socioecológicos.
¿Qué son los sistemas socioecológicos?: “Es un sistema complejo adaptativo de los humanos en la naturaleza, en el que los componentes o sistemas sociales y ecológicos están íntimamente acoplados. Así, la sociedad se soporta en los ecosistemas para satisfacer sus necesidades, pero también estas acciones implican modificaciones y transformaciones sobre los ecosistemas, produciendo dinámicas de cambio mutuo. El aprovisionamiento y aprovechamiento de estos servicios conforman el sistema socioecológico.”

Fuente: Biodiversidad y servicios ecosistémicos en la alta montaña, Proyecto Páramos, Fundación Antípoda, citando Salas-Zapata et al., 2011. https://issuu.com/antipoda_lab/docs/c-cienciasnaturales-final
El concepto de sistema socioecológico arroja luz sobre la noción de servicios ecosistémicos que son los diferentes bienes y servicios que la naturaleza, a través de los ecosistemas, proporciona a los seres humanos y su sistema social, para lograr el bienestar y el desarrollo cultural, económico, y social. (Fuente: La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005))

Fuente: Art. La importancia de frenar la degradación ecológica y promover la restauración: una mirada desde los servicios ecosistémicos, Fondo para la comunicación y la educación ambiental, 2021. https://agua.org.mx/actualidad/la-importancia-de-detener-la-degradacion-ecologica-y-promover-la-restauracion-una-mirada-desde-los-servicios-ecosistemicos/
El papel crucial de los ecosistemas de alta montaña
Los páramos y bosques altoandinos son más que paisajes impresionantes; brindan servicios ecosistémicos esenciales:
- Regulación hídrica: Capturan y almacenan agua, asegurando su disponibilidad en temporadas secas.
- Protección del clima: Contribuyen a la regulación térmica y la captura de carbono.
- Biodiversidad: Albergan especies únicas, muchas de ellas en riesgo de extinción.
- Sostenibilidad económica: Proveen recursos como madera, alimentos y plantas medicinales.
- Cultura y tradición: Son el hogar de comunidades indígenas y campesinas que han desarrollado prácticas de convivencia sostenible con la naturaleza.
Según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005), la conservación de estos ecosistemas no solo es una cuestión ambiental, sino también una estrategia clave para el bienestar y desarrollo de las comunidades que dependen de ellos.

Foto: Ritual de ofrenda, Resguardo indígena del Gran Tescual –Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue
Los ecosistemas de alta montaña son guardianes del agua y biodiversidad en Colombia, por sus aportes imprescindibles tal como:
- La regulación del ciclo del agua en el país y su aprovechamiento:
Colombia posee una de las redes hídricas más complejas del mundo, originada en los páramos, ecosistemas que proveen cerca del 70% del recurso hídrico del país. De estos nacen ríos fundamentales como el Magdalena, Cauca, Meta, Guaviare, Putumayo, Atrato, Patía, Ranchería, Catatumbo y Sinú.

Foto: Rio Pichindé, Farallones de Cali, Fundación Impulso Verde Kuaspue
La dependencia de estos ecosistemas es evidente para sectores clave como el agropecuario, para el riego de cultivos; el doméstico, para el abastecimiento de comunidades; y el industrial, para la generación hidroeléctrica. De hecho, 17 ciudades, incluyendo Bogotá, y 73 hidroeléctricas se nutren del agua proveniente de los páramos, representando el 53% del potencial hidroeléctrico del país.

Foto: Laguna de Cumbal, páramo de Chile Cumbal – Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue
- El refugio de especies endémicas:
El Bosque Altoandino alberga especies emblemáticas como el oso de anteojos, el cóndor andino y el puma. Colombia, además, es el país con mayor diversidad de plantas vasculares de alta montaña y el más rico en especies endémicas. En estos ecosistemas se encuentran más de 142 variedades de Asteraceae en los páramos, incluidos los icónicos frailejones; 81 especies de Bromeliaceae; 69 de Ericaceae, familia de los arándanos, mortiños y uvas de monte; 23 de Orchidaceae, que agrupa a las orquídeas; y 20 de Melastomataceae, a la que pertenecen los sietecueros, entre muchas otras especies fundamentales para la biodiversidad.

Fotos: Fundación Impulso Verde Kuaspue
El exministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, destacó la relevancia de estos ecosistemas: “Colombia es un país de montañas. Tenemos el 50% de los páramos del mundo, glaciares como los de la Sierra Nevada de Santa Marta y bosques altoandinos en la cordillera de los Andes, que proveen agua a cerca de 75 millones de personas. Son escenarios de vida que todos los colombianos debemos proteger”.1
Amenazas y desafíos para la conservación
El Instituto Humboldt señala que los páramos han sido impactados por fenómenos políticos y económicos, como el conflicto armado y la presión de mercados globales que impulsan la minería y la agropecuaria intensiva.
Según reportes de 2021, el 49% de los páramos colombianos carece de protección efectiva, y muchos están amenazados por:
- Minería y extracción ilegal de minerales
- Quemas y cambios en el uso del suelo
- Expansión agrícola y ganadera
El 78% de la vegetación natural de los páramos de la cordillera Oriental ha sido transformado, lo que ha incrementado los incendios debido a prácticas agrícolas y ganaderas.
“Estamos en la Laguna de la Bolsa, municipio de Cumbal, resguardo indígena del Gran Cumbal, mirando, digamos, algunas problemáticas ambientales en ese territorio. Acá más que todo se sufren tres problemáticas que conllevan al deterioro, y más que todo a lla contaminación del líquido vital que es el agua. Lo que es la ganadería, estamos con esa problemática, con la frontera agrícola, y también con la piscicultura” identifica Diego Chirán, miembro de la Asociación indígena Sinchimaki de la Red de Viveros Impulso Verde.
Esos procesos estructurales han acelerado la transformación del ecosistema y han impactado de manera generalmente desfavorable el bienestar de las comunidades locales y especies endémicas. Por ejemplo, el Instituto Humboldt evidenció una reducción del 15% en las áreas idóneas (áreas naturales en las cuales habitaba la especie) para la presencia del oso andino en Colombia entre 1970 y 2015. Esta pérdida de hábitat no solo afecta la biodiversidad, sino que también agrava las condiciones de vida de la población rural, de la cual el 45% aún vive en situación de pobreza multidimensional, según reportes del mismo instituto en 2017.
Además de la transformación de sus coberturas, la temperatura del páramo ha ido en aumento (+0,34°C cada década). Se espera que el cambio climático ocasione un aumento de los eventos extremos, como sequías, olas de calor y frío, y lluvias torrenciales en las partes altas de los Andes del norte.
Estas dinámicas locales y globales de cambio tienen impactos en el mantenimiento de los beneficios que provee la alta montaña en cuanto a regulación hídrica, biodiversidad y almacenamiento de carbono.


Fotos: Incendios provocados por campesinos para aumentar la frontera agrícola, páramo de Chile Cumbal – Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue
Soluciones para la conservación
La gran pregunta que todos nos hacemos es ¿qué soluciones existen para detener el fenómeno?
La respuesta radica en reconocer e incluir los procesos de conservación comunitaria en la planificación territorial, así como en fortalecer iniciativas económicas que garanticen el sustento diario y promuevan el empoderamiento local. Apostar por modelos de gestión inclusiva y responsable del territorio, donde la restauración ecológica, los negocios sostenibles y el conocimiento ancestral se integren, es clave para asegurar la conservación a largo plazo.
Históricamente, los páramos han sido escenarios de conflictos socioambientales, pues su riqueza ecológica los convierte en espacios disputados entre la conservación y el aprovechamiento de recursos. Sin embargo, su protección no puede basarse únicamente en restricciones, sino en la articulación de conocimientos tradicionales y prácticas sostenibles que permitan una gestión equilibrada del territorio.
En la transición entre el bosque altoandino y el páramo, la producción agropecuaria juega un papel determinante. Prácticas como la agroecología, la producción limpia y la agricultura orgánica han demostrado reducir la presión sobre estos ecosistemas. Los sistemas agroforestales, por ejemplo, combinan cultivos con especies arbóreas nativas, lo que no solo mejora la fertilidad del suelo, sino que también protege las fuentes hídricas, garantizando así un modelo de producción sostenible en armonía con el entorno.
Un ejemplo concreto de este enfoque es el trabajo de la Fundación Impulso Verde en Nariño que trabaja bajo tres líneas estratégicas:
Primer enfoque: Restauración comunitaria
A través de una red de viveros comunitarios, 200 familias organizadas en 15 asociaciones producen material vegetal nativo y lideran procesos de restauración en 14 municipios. para la restauración del paisaje y la protección de cuencas hídricas. Estas acciones no solo contribuyen a la conservación del bosque altoandino y el páramo, sino que también fortalecen la economía local y la organización comunitaria.
“Fortalecemos el trabajo de las organizaciones comunitarias para desarrollar programas de reforestación y propagación de árboles. Además, los viveros comunitarios han encontrado en esta actividad una alternativa económica sostenible”, asegura Edwin Piarpuezan, coordinador de la Red de Viveros de la Fundación Impulso Verde hasta el 2024.

Foto: vivero comunitario de la asociación El Chalguar en Pupiales – Nariño, Fundación Impulso Verde Kuaspue
Más allá de su impacto ambiental, estos viveros fortalecen el sentido de apropiación del territorio y fomentan el desarrollo comunitario. A través de ellos, se han implementado diversas iniciativas, como la construcción de viveros, capacitaciones técnicas y organizacionales, monitoreo semanal, intercambio de conocimientos, entrega de material vegetal, geolocalización de parcelas y seguimiento continuo durante tres años.
Segundo enfoque: Negocios verdes para la sostenibilidad
Como parte de su estrategia de conservación, Impulso Verde impulsa negocios verdes que permiten a las comunidades generar ingresos de manera sostenible. La apicultura y la transformación de plantas aromáticas y medicinales han sido clave en esta iniciativa. Estos proyectos no solo reducen la presión sobre los ecosistemas, sino que fortalecen la economía campesina e indigenas a partir de la comercialización de productos como miel, polen, cera y aceites esenciales.
“Buscamos alternativas que no generen un impacto ambiental considerable. Por ejemplo, el aprovechamiento de especies nativas permite conservar los bosques mientras se generan ingresos para las familias”, destaca Tatiana Hernández, coordinadora de Negocios Verdes en Impulso Verde.

Fotos: Productos de apicultura y transformación de plantas en cosméticos de las organizaciones comunitarias que trabajan con la Fundación Impulso Verde Kuaspue
Tercer enfoque: Hacia un modelo de conservación integrador
La transición de un enfoque de exclusión a uno de inclusión de las comunidades en la conservación del bosque altoandino y los páramos ha demostrado ser efectiva. La experiencia de Impulso Verde demuestra que es posible restaurar ecosistemas y fortalecer el bienestar local al mismo tiempo.
El reto ahora es consolidar y expandir estos esfuerzos, asegurando su sostenibilidad a largo plazo y promoviendo políticas que fortalezcan la participación comunitaria en la restauración y conservación ambiental.

Fotos: Intercambios comunitarios en Nariño, con la Fundación Impulso Verde Kuaspue
Conclusión: Hacia un modelo de restauración y conservación inclusivo
La restauración y conservación de páramos y bosques altoandinos han evolucionado de un enfoque excluyente a uno inclusivo, donde las comunidades juegan un papel central. Experiencias como los viveros comunitarios en Nariño demuestran que la conservación puede ir de la mano con el bienestar local.
El desafío ahora es consolidar y expandir estos esfuerzos, asegurando su sostenibilidad a largo plazo. Para ello, es fundamental promover políticas que fortalezcan la gestión inclusiva de estos ecosistemas y fomenten el diálogo entre comunidades, investigadores y autoridades ambientales. Solo así garantizaremos su preservación para las generaciones presentes y futuras.
Fuentes:
- Reporte Páramos Colombia, Biodiversidad y gestión, Instituto Humboldt, 2021, file:///C:/Users/Youman%C3%A9%20DIEULANGARD/Downloads/P%C3%A1ramos%20Colombia.%20Biodiversidad%20y%20gesti%C3%B3n.pdf
- Art. “Tenemos el 50 % de los páramos del mundo”: Ministro de Ambiente en el Día de las Montañas, MADS, 2021, https://www.minambiente.gov.co/tenemos-el-50-de-los-paramos-del-mundo-ministro-de-ambiente-en-el-dia-de-las-montanas/
- Art. La importancia de frenar la degradación ecológica y promover la restauración: una mirada desde los servicios ecosistémicos, Fondo para la comunicación y la educación ambiental, 2021. https://agua.org.mx/actualidad/la-importancia-de-detener-la-degradacion-ecologica-y-promover-la-restauracion-una-mirada-desde-los-servicios-ecosistemicos/
- Impulsoverde.org
- Biodiversidad y servicios ecosistémicos en la alta montaña, Proyecto Páramos, Fundación Antípoda. https://issuu.com/antipoda_lab/docs/c-cienciasnaturales-final
- La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005), https://www.millenniumassessment.org/documents/document.439.aspx.pdf
- Bosques andinos de la Sabana de Bogotá, Instituto Humboldt, 2019, https://reporte.humboldt.org.co/biodiversidad/2019/cap1/101/#seccion4
- Estrategias para la restauración ecológica del bosque altoandino: El caso de la Reserva Forestal Municipal de Cogua, Cundinamarca, O. Vargas Ríos, Universidad Nacional de Colombia, 2008, https://www.researchgate.net/publication/259482680_Estrategias_para_la_restauracion_ecologica_del_bosque_altoandino_El_caso_de_la_Reserva_Forestal_Municipal_de_Cogua_Cundinamarca
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